marzo 04, 2008

Se quiebra sindicato petrolero + Corrupción avalada por gobierno

En el contexto del debate sobre la reforma energética, la crisis al interior del sindicato petrolero se ha convertido en un factor de decisión: el gobierno de Calderón avala a la dirigencia de Carlos Romero Deschamps, pero ya se consolidó una disidencia mayoritaria que pasará pronto a la protesta activa.
El sindicato petrolero ha sido una herencia maldita del viejo régimen político. La expropiación petrolera en 1938 ocurrió por el incumplimiento patronal de un laudo laboral. Para hacer cumplir la ley y darles la razón a los trabajadores, el general Cárdenas expropió las compañías petroleras y pugnó por un sindicato que defendiera el recurso energético.

Ahora que viene una reforma a fondo al sector petrolero, de nueva cuenta salta el problema del sindicato petrolero. En 1989 Carlos Salinas dio un golpe severo al liderazgo de Joaquín Hernández Galicia La Quina porque no se sometió a su candidatura. Pero Salinas aprovechó el suceso para regresarle al gobierno el control del sindicato petrolero. De entonces a la fecha, el sindicato se ha sumido en una de sus peores corrupciones.
Lo grave radica en el hecho de que el sindicato, con una dirigencia sometida al gobierno y al PRI, ya no representa la defensa del energético. Al contrario, la dirección sindical actual de Romero Deschamps significa la facilidad gubernamental para cualquier tipo de privatización del petróleo. De ahí que el principal cinturón de protección que tiene el sindicato de Romero Deschamps sea justamente el del gobierno de Calderón vía el hoy secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, ex empresario privado del sector petrolero, ex subsecretario de Energía y hoy paradójicamente encargado de la reforma energética.
Pero la situación interna de Romero Deschamps se encuentra bastante frágil. La disidencia coordinada por el ex diputado priísta Mario Ross no sólo se ha fortalecido, sino que se ha encargado de denunciar la corrupción en el sindicato. El sindicato, por ejemplo, tiene congelados en Nueva York 43 millones de dólares. Y Romero Deschamps mantiene dinero del sindicato en dos bancos cuyos dueños son sus amigos, al grado de que el líder sindical, cual magnate petrolero, es miembro del consejo de administración de un banco sólo por el hecho de manejar ahí liquides multimillonaria.
La fuerza sindical de Mario Ross ha pasado de ser disidencia a convertirse en una oposición interna real, capaz de quitarle el control del sindicato a Romero Deschamps. Como para demostrar su influencia sindical, el ex diputado Ross presentó en Los Pinos un padrón de 70 mil trabajadores que rechazan la dirección de Romero Deschamps.

Y como para demostrar que habla en serio, grupos de Ross preparan una toma de instalaciones de Pemex el próximo 18 de marzo, fecha en que se recordará la expropiación petrolera. Asimismo, la oposición a la dirección actual del sindicato petrolero está dispuesta también a la toma de pozos petroleros. Sin embargo, la fuerza de Romero Deschamps no descansa en su influencia cada vez más decreciente de los trabajadores, sino del apoyo político de Los Pinos. Y en Los Pinos sólo quieren tener el control de los trabajadores petroleros para la reforma energética que va a sacudir la estructura corporativa de la empresa Pemex y a sacrificar algunos derechos laborales.
Pero el liderazgo sindical de Romero Deschamps comienza a tambalearse justamente por las denuncias de corrupción en su contra. El embargo de 43 millones de dólares es apenas el indicio de un caso grave de delito de peculado que se desahoga en la Procuraduría General de la República bajo la clave 191/202 y oficio 3884. En octubre de 2000, Romero desvió 460 millones de pesos del sindicato hacia un banco en donde manejaba cuentas bancarias: de 00559-01859-7 a 930-1-032992 y pasó por la cuenta de Pemex 213576, vía cheque 0015185.

El destino final de los 460 millones de pesos fue la casa de bolsa Donaldson Lufkeen Jeannete de Nueva York. Los 460 millones de pesos se convirtieron en 40 millones de dólares. El contrato fue el número ACC-6MH-215309, celebrado con Afin Securiete Internacional. Los perjudicados con esta maniobra de desviación de recursos fueron los trabajadores sindicalizados de Pemex. El delito de peculado se transformó, a petición de los sindicalizados, en delito de abuso de confianza.

La crisis en el liderazgo del sindicato de Pemex es grave porque el grupo disidente de Mario Ross está decidido a impedir arreglos por el apoyo gubernamental. Ross ha entrado en contacto con López Obrador y con diputados del PAN, pero hasta ahora quiere mantener su lucha lejos de los problemas partidistas, aunque en Los Pinos siguen apuntalando al sindicalmente deteriorado Romero Deschamps.
Pero la reforma energética que involucra a Pemex no podrá llevarse a cabo si no se reorganiza el sindicato petrolero, si no se termina con el liderazgo de Romero Deschamps controlado desde Los Pinos y si no se toman en cuenta realmente a los trabajadores y no a sus líderes corruptos.
Por Carlos Ramírez
Post RLB. Punto Politico.

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